lunes, 28 de octubre de 2013

La Real Academia muestra sus 300 años de historia en la Biblioteca Nacional

Con motivo del tricentenario de la fundación de la Real Academia Española (RAE) podemos disfrutar de una exposición en la Biblioteca Nacional que muestra toda la historia de esta institución. El recorrido comienza con una imagen de un árbol de lenguas indoeuropeas y con un cuadro de la Torre de Babel. A partir de ahí se suceden objetos que representan diferentes momentos de la historia de las lenguas; desde piezas de arcilla con escritos en griego o egipcio hasta el primer diccionario chino-español.



A la vez que avanzamos por las salas vamos avanzando también por el tiempo, y así podemos ver la primera gramática del español (la de Nebrija, 1492), los primeros vocabularios en latín y en romance, el primer diccionario etimológico en español (Covarrubias, 1611), el primer diccionario monolingüe del español, el llamado diccionario de Autoridades, de la Real Academia Española (1726-1739)...

Cada objeto expuesto está acompañado por cuadros de la época que sitúan al visitante en el momento exacto por el que la Academia y el español estaban pasando. Cuadros como el retrato de Jovellanos o los del poeta Manuel José Quintana en dos momentos de su vida.

Paralelamente se nos muestran objetos y documentos de la institución como los primeros estatutos, el arca de tres llaves donde se guardaba el dinero o la primera edición del diccionario de Autoridades, para cuya elaboración se fundó la Academia.












Muy interesante resulta ver quiénes fueron formando parte de la RAE. Es decir, sus académicos desde sus orígenes hasta la actualidad. Hay una breve sección dedicada a las mujeres, desde el siglo XVIII hasta el XX, en la que destaca María Isidra de Guzmán y de la Cerda, primera y única mujer académica (honoraria, eso sí) y en la que se señalan los casos en que la Academia rechazó a escritoras o investigadoras de reconocido prestigio (Gertrudis Gómez de Avellaneda, Emilia Pardo Bazán o María Moliner).

 

Cerca del final podemos observar objetos de la vida académica actual como el perchero en el que cuelgan sus abrigos los académicos, cada jueves, antes de entrar al salón de Plenos, o el enorme fichero dónde se guardan las fichas de papel que ejemplifican el uso de cada palabra. Y para finalizar la exposición, como ejemplo de la modernización de la RAE, vemos su sitio web y las herramientas de uso público que facilitan la consulta de sus diferentes publicaciones.


viernes, 18 de octubre de 2013

Tom Wolfe

Tom Wolfe es el excéntrico escritor y periodista que en su última novela, Bloody Miami, se refleja en su protagonista, un soñador del periodismo en la calle. No le gusta la blogosfera y no entiende a los jóvenes periodistas que no salen para escribir las historias que suceden en las calles. Le gusta asumir que no sabe lo que pasa. Le encanta que la realidad le sorprenda. Su idea romántica del periodismo es la del Chicago de los años 20. Lector cada mañana del New York Times y del New York Post, el primero para saber qué pasa y el segundo para divertirse. 


No resulta raro que piense que los reportajes son mucho mejores que las novelas americanas de la segunda mitad del siglo XX. Desde sus inicios quiso salir fuera a buscar la noticia. Fue corresponsal con el Washington Post en La Habana, donde evitaba las limusinas para no parecer demasiado capitalista.




Es considerado el padre del Nuevo Periodismo por su renovación en las formas de narrar los reportajes, las crónicas y las entrevistas, combinando lo mejor de la literatura con lo mejor del periodismo.



Votó a Bush en las elecciones del 2004. Su presidente favorito es Reagan y cuando era joven se fijaba en las columnas de Jimmy Breslin. A Obama le describe con la siguiente frase: "A veces hacer nada es mejor que hacer lo que no debes".